Facebook Like

Anecdota del futuro

Cuando en la esperanza dejamos la fuerza, la fuerza desplaza la esperanza”.
Eso es lo que siempre me decía mi abuelo. Ah, aquellos tiempos,
¿Como olvidarlos? Ahora solo veo miseria y pobreza por cualquier
lado. Solo queda una esperanza: Algunos científicos han estado
investigando sobre la creación de componentes naturales como el agua
y el oxigeno de forma sintética, pero aún es solo un proyecto. Esto
lo se porque soy el jefe del área de ciencias e investigaciones de
Monesvol (Como ahora se llama la región en donde vivo). Dicen que
probablemente estará listo para agosto del 2056, por lo que aún
faltan dos años. Ahora nos conformamos con que nos den algo de comer
para sobrevivir otros dos o tres días. ¿Cómo llegamos a este
estado? Me es imposible describirlo con exactitud. Fue un “progreso”
de la mayoría de las naciones primermundistas en el plano económico
y social, y afectando directamente a la ecología en nuestro mundo.


Recuerdo como era todo antes-le decía a mi hijo, Marcos-Había muchas cosas
que no supimos aprovechar: Arboles, flores, agua, bosques enteros
llenos de rebosante de hermosura natural. Pero ahora ya nada se puede
hacer...-.En ese momento me interrumpió una voz extraña, pero al
mismo tiempo amigable. Me dijo que había algo posible todavía, que
no todo estaba perdido. Me comenzó a explicar de un proyecto
paralelo en el que estaban trabajando, “Proyecto Espacial” le
llamaban, y básicamente era una especie de maquina del tiempo, solo
que tenia un inconveniente: al mandar a alguien al pasado, no podía
regresarlo al presente, ya que no puede transportar a alguien hacia
el futuro. Este tipo, que dijo llamarse Mario, y era jefe del
proyecto; dijo estar interesado en asignarme la tarea de encontrar la
forma de regresar a alguien del pasado sin peligro, y acepte de
inmediato, por lo que nos dirigimos a un lugar hasta ahora
desconocido para mi. Había una nave espacial parecida a la que se
veían antes, lo cual me extraño, pues no había visto una desde
hacia mucho tiempo, además de que no nos debíamos preocupar por
viajes espaciales cuando teníamos problemas más graves.

Después de abordar la nave y despegar (y también algo de nauseas y miedo por
parte mía), llegamos a un terreno un poco árido, pero no como el
que tenemos cotidianamente. Después de algunas preguntas insistentes
(y aparentemente molestas) logre sacarle la verdad: Después de
algunos años, la “gran crisis” (como le solemos decir a este
estado permanente de pocos recursos) ya se veía venir, por lo que se
empezó a financiar alguna solución alterna, la cual fue un escape a
otro planeta; sin embargo, éste no es propicio para la vida humana
y, aunque es mejor que vivir en la tierra, no sería habitable por
mucho tiempo. Ya había proyectos para habitar otros planetas, pero
en realidad querían atacar el problema de fondo.
Cuando
me entere de todo esto me dio rabia, pero la logré contener y así
escuchar a Mario, que me explicó de las ideas que tenia a futuro
sobre esta maquina, y lo que llevaban hasta entonces. Lograr un
verdadero avance sería un gran reto, ya que se necesitaban profundos
conocimientos sobre física, además de muchas pruebas; pero acepte
el desafío.

Un día baje a tomar un poco de agua (a lo que ya me había acostumbrado
después de cuatro meses de estar en aquel mundo), pero el suministro
de agua había sido cortado. Me dirigí al segundo suministro
principal, pero tampoco dio resultado. Decidí que no era tan
importante, ya que mi sed no había alcanzado niveles críticos, y
volví al trabajo, cuando una pronta movilización me sorprendió.
¿Que esta pasando?-Pregunte de inmediato. -¿Por que todos corren?-.
-¡Nos movemos!, ¡Aquí ya no hay suministros, por lo que viajaremos
en busca de otros planetas!. Rápidamente los seguí hasta una amplia
planta, en donde estaban abordando las naves de escape. Estaba
calculando el tiempo que me faltaba para abordar alguna de aquellas
naves cuando regreso a mi mente el proyecto. Pregunte a los líderes
que pasaría con éste, a lo que me contestaron: “no hay espacio
para una maquina de tales proporciones, la dejaremos aquí, en donde
nos quedemos, harán otra”. Proteste inmediatamente, pero no tuve
ningún éxito. Pensé en todo el tiempo que le habíamos dedicado, y
todo el que le habían dedicado los que estuvieron antes de mi.

Sin duda alguna no sería nada fácil construir otra, llevaría mucho
tiempo. Entonces la vi, vi la tierra, no la había visto desde que me
fui, en realidad, nunca la había visto así, tan dañada, es cuando
realmente me di cuenta de todo lo que habíamos causado. Entonces
imagine todo lo que estarían pasando las personas que ahí moraban.
Lo medite detenidamente, y llegue a la conclusión de que no teníamos
más tiempo, ya habíamos gastado más de lo que necesitábamos.
Entonces regrese al cuarto de la maquina; la encendí y me disponía
a probarla por vez primera cuando Mario me dijo: “¡Detente! Ya se
lo que planeas hacer ¿Es acaso que estas loco? Recuerda que no hemos
desarrollado la forma en que se pueda regresar. Si vas, te quedarás
allá, suponiendo que puedas ir. Si esperas un poco más, llegaremos
al nuevo planeta, y encontraremos la solución, ¡aún tenemos la
esperanza de...!” Entonces lo interrumpí, y dije: “Cuando en la
esperanza dejamos la fuerza, la fuerza desplaza la esperanza”.
Dicho esto, atravesé el umbral que provocaba la maquina, y me
dispuse completamente a cambiar el trágico destino al que llevaba
aquel camino de nuestro pasado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Saludos

Gracias por venir a este, mi pequeño blog. Aquí es donde aguardan mis escritos a ser leídos por ustedes. Espero que éstos sean de su máximo agrado. Si es así no olvides hacerte seguidor en la barra lateral derecha para que seas el primero en leer las historias que subo. a continuación se muestra una lista con todas las entradas que están registradas. Cada una fué escrita en momentos diferentes con sentimientos diferentes. Cada una tiene una escencia interesante, así que asegurate de leerlas todas.

Indice

Haz clic en alguna entrada que te interese.

Entradas de "Cuando el boli cobra vida"


Ver portada