Yo estoy muerto, no existo, muero por ti
Muero de tus labios, de tu pelo y de lo que me hacen sentir
Pero que más da si se nunca serán para mí
Sólo eres para él, y espero que él te haga feliz
Así que vete, no me hables que yo ya no existo
No me mires, no me veas, no me hagas más sufrir
No me hagas recordar sentimientos que no resisto
No lo hagas, por favor y apártate ya de mí
Ya estoy muerto, de ti, de ti voy muriendo lento
Estoy naufragando en el mar de la soledad
Por culpa de un roto sentimiento en este momento
Me encuentro perdido y ahora sin oportunidad
Muero de ti y de tu aroma tan embriagante
De tu suave dulzura y sutil delicadeza
Muero de aquellos días en que verte me pone alucinante
y aquellas tardes en que tú no sales de mi cabeza
Muero de tí, de tus sentimientos y tu dulce figura
Muero de aquellos labios que nunca podré sentir
Muero de los sentimientos rotos y tu suave ternura
Muero de ti, y del hecho de que un “tú y yo” no podrá existir.
Te he pedido que te alejes, pero en verdad no lo deseo
Esa decisión a mí me haría mucho sufrir
sólo quiero que continuemos, aunque en realidad siendo honesto
lo único que quisiera es poder estar junto a tí.
Pero no es posible, por más que me pese aceptarlo
en mí tú sólo ves a un muy buen amigo
y por más que quiera y me empeñe en desearlo
Hoy querer no es poder, y eso ya lo he vivido
Y por eso en esta prosa expreso que muero de tí
aunque también muero de lo que ya aquí he escrito
Muero del sufrimiento y de lo que me hace existir
Muero de tu persona y de lo que por tí he aprendido
Muero del sufrimiento, del dolor, de la agonía
Muero de la esperanza que aún habita en mí
Muero de tí, muero lento cada día
Muero de mí, y de que el dolor aún está ahí
Así que por mí no te preocupes, que yo ya he fallecido
Si sigo caminando, es solamente por costumbre
Sé que algún día reviviré, pero hoy no es el elegido
Y mientras tal día llegue, en la muerte seguiré