Facebook Like

Capítulo III


¡Daniel! ¡Ya llegue!-obviamente, Juan proclamaba mi presencia. -¡Pronto estoy contigo!-le grite-¡Dame unos minutos más!- Me vestí rápidamente, le di un rápido vistazo a la mujer, y salí al encuentro de Juan.
-¿Qué era tan importante que no podía esperar más tiempo?-Preguntó Juan.
-Hay un asunto del que quiero hablarte, pero tienes que prometer no decirle a nadie, a menos que sea absolutamente necesario
-Si, si, lo prometo, pero ya dime ¿Qué pasa?
-Bueno… ¿Recuerdas que el día de ayer te comente de un tipo que se veía muy extraño, y que  mi hermana trajo a nuestro apartamento?
-Si, lo recuerdo, ¿Qué pasa con él?
-Bueno… Es difícil de decir… pero creo que es un sicario o algo parecido
-Estás loco, hombre ¿Te sientes bien?, ¿No quieres que vayamos al médico?
-Es en serio, mira, después de que me dejaste ayer vi a una mujer que llamó mi atención, y había junto a ella varios hombres uniformados…

Le conté toda la historia, que no creyó hasta que vio a la mujer tendida en la cama de la habitación

-¿Pero acaso estás loco? ¿Cómo traes a una mujer a tu casa sin saber quién es? Y todavía cometes el error de protegerla de ese matón, ahora irán en contra tuya, ¿Sabes?
-No tuve mucho tiempo de pensar, pero no iba a dejar que alguien matara a esa pobre mujer
-¿Tu que sabes? Igual y era una terrorista, o algún peligro de estado.
-No lo creo, pero aún así, ya te dije que no tuve tiempo de pensar en nada, sólo en protegerla, y ahora no puedo dejarla a la deriva
-Tal vez tienes razón… En ese caso habrá que llevarla con algún médico para que revise sus heridas.
-Pero me preocupa, no sé lo que pueda decir el doctor, además de que…

Se escucho que se calló algo dentro de la casa, por lo que inmediatamente fuimos a revisar lo que pasaba.
-¿Quiénes son ustedes?-Pregunto la mujer. Su voz era penetrante, firme, pero a la vez aguda.
-¿Quién eres tú?-contesté
-Eso no les incumbe
-Al menos deberías darle una respuesta en agradecimiento a tu vida, ya que él la salvo.-Dijo Juan
-Y agradezco el gesto, sin embargo, no necesitan saber más de lo necesario, no están calificados para la información, además de que, como dije antes, eso no les incumbe.
-¡Comenzó a incumbirme en cuanto arriesgue mi vida por ti!-le dije-, además de que le dispare a un lunático que me conoce a mí y a mi hermana, y que seguro buscará venganza.
-¿Qué hiciste qué?
-Alguien muy loco vino a mi casa e intento llevarte, traía una pistola, así que no tuve otra opción que dispararle. Afortunadamente le di y se fue.
-¿Cómo lucía?
-Pues… Llevaba un abrigo largo, una bufanda roja y era muy blanco, no recuerdo más detalles.
-¡Eres un idiota! No era un enemigo, ¡Era Cristián!
-¿Quién es Cristián?
-No mereces saber eso, ni lo merecerás nunca, espero no exista el menester de eso.

Acto seguido saco su celular. Pidió al tal Cristián que la viniera a recoger, y después ingresó de nuevo a nuestra casa. Estaba cojeando, y parecía que también tenía mal un brazo, pero era difícil juzgar desde mi posición.

-¿Qué crees que esté pasando?-Le pregunté a Juan
-No tengo la más mínima idea, pero esto me da miedo.-Respondió Juan- Sin embargo, siempre has sido mi amigo, por lo que me quedare un rato más, nunca sabes cuando algún lunático llamado Cristián quiera tomar venganza. Aunque no entiendo como tuviste la puntería para darle en un brazo, siendo que ni a las latas en la feria les das.
-No tengo tiempo para tus bromas, vayamos para adentro para vigilar a nuestra invitada.
-Por cierto, no te contestó como se llamaba, ¿o si?

El momento equivocado

Recuerdo como la gente comenzaba a aglomerarse en la plaza, haciendo un enorme séquito alrededor del edificio principal. Era imposible imaginar que todo había comenzado desde algo pequeño, y poco a poco comenzó a engrandecer hasta ser lo que veo ahora. Recuerdo como todos nos reunimos antes para formar pequeños grupos que fueran a recolectar algo de dinero y así financiar nuestra causa; aún no tenemos una respuesta directa, pero creo que sí seguimos presionando así, pronto la tendremos.

Hey, Carlos!, ¿A qué hora planeas venir? ¡Ya va a comenzar el discurso!. Cabeza de Vaca estaba al frente de todos. Eran ya las 6 de la tarde; a una semana de la inauguración de los juegos olímpicos: era 2 de octubre. Habíamos planeado ir al casco de santo tomas, pero debido a la fuerte presencia militar, nuestro plan fue truncado, por lo que decidimos que, cuando acabara el discurso, nos marcharíamos todos a nuestras casas. Recuerdo algo con mucha precisión: lo brilloso que se veían aquellas bengalas que salieron del cielo para, acto seguido, comenzar una ráfaga de disparos sobre todos nosotros. Me refugié inmediatamente en una saliente que estaba próxima a mí, sin embargo, sabía que eso no sería suficiente refugio para la horda que salía de todos lados, por lo que trate de correr hacia el parque que estaba a unos metros de mí, pero me encontré con la sorpresa de que estaba bloqueado por soldados; Afortunadamente, éstos aún no me habían visto, por lo que regrese a mi refugio. Busqué más posibles rutas de escape, pero la mayoría estaban bloqueadas, excepto una: había un pequeño escondrijo detrás de una pared que se prolongaba hasta convertirse en un túnel que conectaba a la plaza con la avenida reforma, recuerdo que lo usaba para escabullirme por ahí cuando jugaba a las escondidillas con un amigo que en ese sitio vivía, era imposible que los soldados supieran de su existencia.

Me deslice y traté de llegar lo más rápido que pude, sin embargo, era casi imposible llegar, ya que había mucho fuego por parte de los soldados. ¡¿Cómo podía pasar esto?! Solo queríamos llegar a un acuerdo, era imposible imaginar como una marcha pacífica se había convertido en esto, esta opresión, esta tiranía. Cuando comenzamos, pensamos que acabaría rápido, sabíamos que íbamos a ser reprimidos, pero ¿esto? Aunque lo estuviera viendo, nunca aceptaría que esté pasando. Volví a la realidad cuando una bala pazo zumbando muy cerca de mí. El escondrijo estaba a tan solo unos metros, era imposible creer que me costara tanto llegar.

Finalmente, me arme de valor; esperé a que la mayoría de los soldados se concentraran más en el centro de la plaza que en la esquina donde se encontraba el escondrijo, y corrí lo más rápido que pude, trate de no mirar hacia abajo, ya que había mucha sangre dispersada, ni mirar hacia los lados, ya que había muchos compañeros e incluso amigos que estaban muertos y cuyos cuerpos lucían espantosamente mal.

Al llegar al otro lado del escondrijo, es decir, a reforma, me encontré con un auto lleno de compañeros, lo cual me alegro mucho. Me acerque a éste con el profundo miedo que aún prevalecía en mí, aunque trataba de ocultarlo. La conductora era una señora que, según me dijo, trabajaba de secretaria en el edificio de relaciones exteriores, pero que tenía un hijo de nuestra edad, por lo que trataba de ayudarnos lo más posible. En cuanto aborde el auto uno de los compañeros se percató de que un soldado nos había visto y se preparaba a disparar, por lo que a la brevedad la señora arrancó el auto. Afortunadamente solo había disparos en las ventanillas; La señora pregunto “¿Alguien está herido” a lo que la mayoría de los compañeros ( que eran alrededor de 10) contestaron que no, pero la señora se horrorizó al verme, y los demás compañeros también. Vi mi cuerpo, y una enorme mancha roja se estaba expandiendo en mi camisa, el soldado había logrado darme. “¿Ya ves?, ¡Para que te metes en estos asuntos!” me dijo la señora, a lo que le respondí: “En el mundo hay diferentes tipos de amores: amor por el prójimo, amor por la pareja, amor por el hijo. Yo amo a todos ellos, pero amo mas a mi patria, y no podía quedarme cruzado de brazos mientras la impunidad impera”.

Ser omnipresente


Desde aquí puedo verlo todo, como un observador en su puesto de un barco, en lo más alto de la vela, o un soldado desde un puesto de observación, o una simple persona  viendo pasar el tiempo desde lo alto de un rascacielos. Puedo verlo todo; Puedo ver como Mario llega todos los días fastidiado del trabajo, 8 horas diarias de arduo trabajo por un mísero salario; veo como Mario va al mismo bar la mayoría de las veces para desahogarse, y veo como esas veces cuando llega a su casa golpea a su esposa, Alejandra, quien no puede defenderse de tan brutal ataque, y lo único que puede hacer es rezar por qué esa situación algún día cambie. Desde aquí lo veo todo, soy un ser omnipresente, también veo el pasado, veo todo lo que se ha escrito, Como Mario ha truncado su vida solo por algunas malas razones, y así finalmente, se hizo una felonía a sí mismo; siguió y siguió por el mismo camino, hasta que se dio cuenta que solo arruinaba su destino, fue entonces cuando comenzó a trabajar honradamente, pero el daño estaba hecho, y ya nunca recuperaría el tiempo perdido. También veo como se conocieron Alejandra y Mario, en un parque y comenzando a hablar trivialmente. Como fue su primera cita, su primer enamoramiento, la primera vez que fusionaron sus cuerpos en una perfecta unión.
Puedo verlo todo, puedo ver como Mario día a día se pregunta ¿Qué pasaría si hubiera aprovechado mi vida de esa forma?  Esa pregunta que se hace todos los días me conmueve, por lo que intercederé a su favor.
Desde aquí puedo verlo todo, y también escribirlo.  Puedo volver y reestructurar la historia. Vuelvo al párrafo anterior, pero ahora lo que veo es a un Mario total y completamente feliz, regresando a su casa temprano después de una jornada de 7 horas de trabajo con un sueldo bastante abundante, con 2 hijos y aún en contacto con todos sus familiares. En cuanto a su pasado, veo que ahora no se deja llevar por las malas influencias, tiene muy buenos resultados en su escuela. Fue a la superior y es de los mejores en su carrera. Conoció a Alejandra en un parque, y comenzaron a hablar trivialmente. Ahora recuerda su boda, su luna de miel, el nacimiento de sus hijos, y la felicidad que impera en su familia.
Desde aquí puedo verlo todo, como una decisión o varias decisiones mal tomadas desencadenan varias acciones poco favorables para nuestro futuro, y lo fácil que es ir por el “mal camino” y deshacer todo nuestro futuro en un santiamén. Desafortunadamente, por más que nos preguntemos ¿qué hubiera pasado si...? no podemos reescribir nuestro pasado para mejorar el presente, solo podemos tomar mejores decisiones en el presente para mejorar nuestro futuro.

Saludos

Gracias por venir a este, mi pequeño blog. Aquí es donde aguardan mis escritos a ser leídos por ustedes. Espero que éstos sean de su máximo agrado. Si es así no olvides hacerte seguidor en la barra lateral derecha para que seas el primero en leer las historias que subo. a continuación se muestra una lista con todas las entradas que están registradas. Cada una fué escrita en momentos diferentes con sentimientos diferentes. Cada una tiene una escencia interesante, así que asegurate de leerlas todas.

Indice

Haz clic en alguna entrada que te interese.

Entradas de "Cuando el boli cobra vida"


Ver portada